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“A mi hijo le duele la mano cuando escribe”

– ¿Me prestas el cuaderno de tu hijito, por favor, para poner al día al mío, que estuvo malito y está atrasado?

– Sí, claro.

– ¡Qué bonita letra tiene tu niño! Yo quisiera que mi hijo escriba así, pero por más que lo intenta una y otra vez, no ha mejorado.

Muchos padres de familia, en ocasiones, nos mostramos preocupados y ansiosos por ver el avance y fortalecimiento de la escritura de nuestros hijos, pero debemos comprender que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y logro de sus habilidades. Ante esta situación, debemos considerar lo que explicamos a continuación.

Primero, es importante realizar una evaluación de cómo ha sido el desarrollo de las habilidades de nuestro niño en la etapa preescolar, principalmente, el aprestamiento, pues es el soporte con el que cuenta para el logro de una buena escritura. Luego, hay que investigar sobre cómo podemos apoyar a nuestro hijo con el fin de que logre una buena caligrafía.

Para ello, debemos tener en cuenta algunos términos como:

Aprestamiento: Según el Diccionario de la Real Academía Española, es la enseñanza, preparación de los estudiantes para la adquisición de determinadas destrezas, en particular la que reciben los niños antes de la lectura y escritura”.

Motricidad gruesa: Son las actividades de movimiento que desarrolla el niño a través de su cuerpo, empleando los músculos mayores de las extremidades inferiores, superiores y los movimientos de su cabeza. El logro de la motricidad gruesa se manifiesta cuando el niño puede saltar, caminar, correr, girar, mover los brazos, saludar, etc.

Motricidad fina: Se adquiere al coordinar huesos, músculos y nervios generalmente con los ojos, que permitan al niño realizar movimientos finos y precisos. El logro de la motricidad fina se muestra cuando el niño puede recoger elementos pequeños como un grano de arroz, lentejas, un mondadientes, solo utilizando la técnica de la pinza, es decir, empleando los dedos índice y pulgar.

Prensión del lápiz: Consiste en sujetar el lápiz con el dedo pulgar e índice, apoyándose en el dedo mayor conocido también como el dedo del corazón; si el niño realiza una prensión inadecuada, ocasionará cansancio y dolor durante la escritura.

Presión del lápiz: Es la fuerza que imprime el niño durante la escritura hacia la superficie a trazar. Si el niño ejerce mucha presión sobre la superficie, ocasionará que sus dedos, mano, muñeca y brazo estén tensos, provocando cansancio.

Sabiendo esto, ¿cómo ayudar a un niño a desarrollar la motricidad gruesa para la escritura? Hay que asegurarse de que realizace movimientos gruesos como: gatear, rodar, saltar, saltar obstáculos, sentarse, subir y bajar escaleras, lanzar una pelota a un objetivo, jugar con el hula-hula.

¿Y para la motricidad fina? El niño debe realizar movimientos verticales, horizontales y circulares para que facilite el desprendimiento de las articulaciones desde el hombro, codo, muñeca, dedos.

Para intensificar la habilidad motora fina y la coordinación ojo – mano, puede desarrollar actividades como cerrar cremalleras, rasgar, recortar, hacer bolitas de papel con las manos, abotonar y desabotonar camisas, sujetar sus pasadores, enhebrar, recoger granos (lentejas, arroz, habas, maíz), insertar botones o monedas en una alcancía, etc.

Finalmente, les recomiendo que compartan todas las actividades mencionadas con sus hijos para el desarrollo de sus habilidades, sintiéndose un niño más.

Profesor Melvin Celis León

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