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La importancia de conocer la lateralidad en los niños

¿Alguna vez ha escuchado el término “lateralidad” en educación? ¿Sabía que desarrollar la lateralidad en un niño puede tener consecuencias altamente positivas en su aprendizaje e incluso en su aspecto emocional? A continuación, revisaremos este tema tan importante.

Empezaremos por definir qué es la lateralidad: es la preferencia que muestra un individuo por un lado de su cuerpo para actividades como escribir, patear una pelota, elegir con qué pie empieza a pedalear la bicicleta, entre otros. Este fenómeno ocurre por el predominio de uno de sus hemisferios cerebrales. El proceso en el que se establece el “lado dominante” ocurre en la infancia y puede variar conforme el crecimiento del niño hasta los seis años, que es la edad aproximada de la lateralización definitiva: diestro si tiene predominancia en la derecha, zurdo si tiene predominancia en la izquierda.

Ahora bien, ¿por qué es importante para la educación? Uno de los motivos principales es que, para comenzar a leer y escribir, es requisito tener la lateralidad definida.

En efecto, los profesores de primer grado son conscientes de que una lateralidad bien establecida es favorecedora para el proceso educativo del niño puesto que, en el año escolar, estará sujeto a actividades que requieren como base principal el conocimiento del lado predominante: caligrafías, copias, apuntes, lecturas, entre otros. Hay que tener en cuenta que si la lateralidad no es desarrollada correctamente, pueden surgir debilidades que acompañen al niño hasta la adultez.

DIFICULTADES EN LA LATERALIDAD EN NIÑOS DE 7 AÑOS

Desde el nido, las educadoras estimulan el desarrollo de la motricidad fina y gruesa, capacidades que van de la mano con la determinación de la lateralidad. Hoy en día, gracias a la excelente educación existente en los centros educativos de estimulación temprana, la gran mayoría de los niños la define correctamente. Sin embargo, hay casos en el que se puede frustrar este proceso de lateralización.

En estos casos, ¿qué ocurre? ¿Qué pasa si no se desarrolla muy bien la lateralidad en el niño?

Si ya se reconoce el lado predominante (diestro o zurdo), pero no se encuentra muy bien desarrollada la lateralidad, causaría dificultades en:

• El orden al momento de escribir en el cuaderno.
• La forma correcta del trazado de las letras.
• El coloreo en actividades evaluadas.
• El proceso de escuchar y escribir (dictados).
• La automatización en la escritura de números y letras.
• Lectura correcta.
• Orientación espacial.

Dificultades en la lateralidad en niño de 7 años

Por otra parte, ¿qué pasa si llegan a los 6 años y no saben si son diestros o zurdos?

Es importante destacar que los hemisferios tienen funciones específicas que involucran el desarrollo cognitivo y psicomotor del niño. Si a los 6 años no está fijada la prevalencia zurda o diestra, se habla de un trastorno de lateralidad o lateralidad cruzada. Esta se evidencia cuando un niño utiliza la parte derecha para realizar algunas actividades y la izquierda, para otras. Afecta los siguientes aspectos:

• El aprendizaje del lenguaje. orden al momento de escribir en el cuaderno.
• Las capacidades lógico matemáticas.
• La percepción espacio temporal.
• El equilibrio.
• La lógica de la comprensión.

A todo eso, debemos sumarle el aspecto emocional, porque al existir debilidades en el área académica se pueden generar frustración, baja autoestima e incluso la desestimación de sus esfuerzos, complicando así el proceso de desarrollo educativo.

¿Cómo pueden los padres desarrollar la lateralidad en sus hijos?

• Determinando la mano dominante desde la observación, para ver de qué lado se inclina para ejercicios como lanzar una pelota, abrir una puerta, cepillarse los dientes, peinarse, abrir un frasco pequeño o botella de gaseosa, hacer uso del tacto para la identificación de objetos con los ojos vendados, colocar música a muy bajo volumen y observar con qué oído escucha mejor.
• Enseñándole a hacer cosas con su mano dominante, ya sea diestro o zurdo: desde comer con los cubiertos hasta el juego, insistiendo siempre que use la mano correcta.
• Realizando actividades de aprestamiento, uso de tijeras en el recorte de siluetas, rasgados en hojas de papel, embolillado, puñado con la mano dominante.
• Fomentando juegos deportivos: balonmano, fútbol, lanzamiento de pelota haciendo uso de la mano y el pie dominante.

Finalmente, debemos recalcar que es perjudicial forzar un aprendizaje que no es natural, es decir, no podemos obligar a los niños con la derecha si su lado dominante es el derecho.

Recordemos, padres, que la persistencia es la clave. A medida que se ofrezcan estímulos adecuados puede desarrollarse correctamente la lateralidad en los pequeños. Como dice el dicho: “La práctica hace al maestro”.

Profesor Romario Garveth

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